5.6.10

viernes 28 de mayo :: La calle de los Estilos


Aporte Matías Ruíz Díaz


La dinámica desarrollada en “La calle de los Estilos” propone una mirada sobre algunos de “los estilos” que se reconocen dentro del arco temporal del programa de H2, sus características y periodos históricos. Si uno profundizara en la noción de estilo se encontraría con numerosas definiciones, por ejemplo en el Diccionario de la Real Academia Española podemos leer:

Estilo:” Conjunto de características que individualizan la tendencia artística de una época. Ej: Estilo neoclásico”.

Existen numerosas definiciones, podríamos decir entonces que los estilos son familias o conjuntos de obras de arquitectura emparentadas por ciertos rasgos comunes que nos llevan a relacionarlas. Sin embargo este tipo de clasificación tiene sus limitaciones, algunas han sido desarrolladas en los “kioscos” durante la clase pasada. Para aportar a este estudio, me ha parecido pertinente acercar estos fragmentos, que hacen hincapié en como se desarrolla la critica arquitectónica y el rol del critico de arquitectura, que termina siendo: “una critica de la critica”.

“(…) Por supuesto que toda clasificación esta abocada a la ruina, pero una de las formas de producir conocimiento es precisamente la posibilidad de nombrar los fenómenos. Una cartografía no es sino un instrumento de polémica, siempre un panorama personal, nunca una descripción de la verdad absoluta. Y en este sentido, hacer mapas es la única manera de llegar a operar sobre un territorio”.

“Un mundo lleno de agujeros”
Alejandro Zaera Polo
El Croquis 88/89
1998

“La critica se sitúa en el amplio horizonte que se extiende entre dos extremos ilusorios y falsos: el exceso racionalista y metodológico que cree que se pueden establecer interpretaciones totalmente fiables y demostrables, únicas y estables, sobre toda obra de creación, y el exceso irracionalista, arbitrario y bárbaro, que alega la inutilidad de toda critica e interpretación en relación a las grandes obras de arte, creaciones siempre misteriosas e individuales, de esencia insondable. Lejos de ambos limites absurdos se sitúa el campo de la interpretación”


“La redundancia en la que la critica ha caído en las ultimas décadas se manifiesta en que la mayoría de las palabras que se utilizan son caducas. Se trata de convenciones lingüísticas aproximativas y problemáticas, conceptos como abstracto/figurativo, moderno/tradicional, o criterios de periodización como gótico, renacimiento, barroco, clásico o romántico, excesivamente ambiguos, imprecisos, reductivos y arbitrarios pero de los que es difícil huir”

“Arquitectura y critica”
Josep M. Montaner
Barcelona
G Gili
1999

“Todo critico de arquitectura es, estrictamente, independientemente de simpatía, calidad y conocimientos, un impostor, que nos da gato por liebre, que se da a si mismo a cambio de otro, que suplanta al objeto autentico de nuestro interés, que no es sino el arquitecto y su obra, y lo substituye por su propia persona, por su misma cultísima fantasía”

“Cualquier juicio es siempre un acto injusto. Dar un juicio es acentuar desde fuera unos aspectos de la obra, apartar otros. No hay juicio que no manipule la obra juzgada, que no la presente alterada, tanto si valora la obra en si como si se comparan varias para escoger la mejor.

Contra la injusticia del juicio no esta la renuncia a juzgar, sino la renuncia a llegar a veredicto. Hay que saber preferir un juzgar interminable, que nunca acabe de ir considerando nuevos aspectos de la obra, de ir añadiendo referencias”

“Artículos de ocasión”
Josep Quetglas
Barcelona
G Gili
2004