23.9.09

agenda viernes 25-09

Imágenes del Edificio Barolo en Buenos Aires y el Palacio Salvo en Montevideo


Comenzaremos la jornada a las 9.00 hs. trabajando en nuestro taller 306, los temas discutidos en cada región.





En la segunda parte, en el aula 305, la Arq. Virginia Bonicatto, becaria doctoral interna en Unidad de Investigación Nº 7 IDEHAB, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA e investigadora de la Obra de Mario Palanti, nos presentará:



La inserción urbana del rascacielos en el Río de la Plata (1900-1930). Debates, conflictos y diversificación de capitales en torno a una tipología.



Entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX la Argentina atravesó un ciclo socioeconómico que marcó el desarrollo de las ciudades. Buenos Aires, como ciudad capital, experimentó un proceso acelerado que modificó su imagen en pocos años. La llegada de una gran masa inmigratoria incentivada por aumento de la demanda de trabajadores trajo como consecuencia la concentración demográfica representada en la densificación de su área central. La actividad industrial también se intensificó provocando un aumento en el volumen y la diversidad de manufacturas e inversiones. Por otra parte, la aceleración del crecimiento urbano y del consumo incentivó la especulación inmobiliaria al presentarse como una elección segura al momento de diversificar capitales. Esta actividad por un lado permitía obtener un rédito en el futuro, y por otro lado otorgaba una imagen sólida a los propietarios a través de una tipología arquitectónica adecuada. El avance tecnológico completó este escenario que permitió la aparición del rascacielos en el Río de la Plata: una tipología arquitectónica surgida originalmente en Norteamérica como respuesta a los requerimientos causados por la concentración demográfica y de capitales, entre otros factores, que pudo plasmarse en una “catedral de negocios”1. Se entiende por rascacielos de primera generación a una serie de edificios en altura realizados entre 1909 y 1929 y que conformaron los primeros ejemplos de esta tipología en el Río de la Plata.
Este trabajo se propone dar cuenta, por un lado, del proceso a través del cual estos edificios se implantaron en la trama urbana. Para esto pensaremos esta tipología en el marco de los debates, discusiones e intereses que intervinieron en la construcción de la ciudad en los cuales se perciben las “huellas de conflictos y proyectos aún cuando todavía no se habian materializado.”2 Dónde edificar un rascacielos en una ciudad que se estaba transformando se convierte en un interrogante clave para entender el carácter decisivo que representó la ubicación de esta tipología en su devenir económico. En el caso de Buenos Aires estos edificios no se concentran en una zona delimitada previamente sino que se insertaron de manera “dispersa” en la trama urbana. Su presencia nos permite entonces vislumbrar las tensiones y decisiones que tenían lugar en la dimensión política y repercutieron en la materialización de esta tipología en la ciudad.
Por otro lado, a nivel urbano, el impacto producido por los rascacielos se reduce al no concentrarse en una “zona terciaria”. Es aquí donde cobra relevanca el rol del rascacielos como “catedral de negocios”: un ente autárquico que se comporta como “campanario de una aldea (…), rico en valores simbólicos”.3 La aislación de los ejemplos en el Río de la Plata acentúa su carácter publicitario en detrimento de su rol como ordenadores urbanos. Entendemos que este aspecto acentuó la importancia de un lenguaje adecuado que lograra la imagen deseada y representara a los comitentes en sus valores estético ideológicos. La elección de un arquitecto adecuado conformaba un factor decisivo que comprometería la trascendencia de la obra, la aprobación de la misma por parte de las autoridades, la repercusión en el ámbito profesional y la aceptación por parte del público. Para ejemplificar esta situación nos basaremos en dos casos puntuales, dentro de grupo de rascacielos, que fueron realizados por el mismo arquitecto, Mario Palanti: el Pasaje Barolo, Buenos Aires (1919-1923) y el Palacio Salvo, Montevideo (1922-1928). Consideramos a estos edificios –dentro del grupo de rascacielos de primera generación– como representativos del proceso modernizador experimentado en el Río de la Plata durante las primeras décadas del siglo XX.






Sobre la obra de Mario Palanti, se puede ver en la web el blog http://mariopalanti.blogspot.com/2009/08/av-de-mayo-1370-palacio-barolo-edificio.html


con el cual ha colaborado la arquitecta Bonicatto.