3.5.09

Foucault + Bateson + Cortázar + Silvestre




Seleccionar información, organizarla, ordenar imágenes y textos en una carpeta, poner dos figuras una al lado de la otra en la pared de la clase: todas estas acciones por las que transitamos en estas primeras fechas suelen tener la índole de una clasificación, la asignación de una cosa a una clase. ¿Y es lo mismo colgar las hojas de cualquier manera, da igual que sean de papel o calcos o cartón?, ¿o ya en la selección de algunos materiales y no otros hay un proyecto?, poner un nombre es siempre clasificar, y trazar un mapa es en esencia lo mismo que poner un nombre: en todo pensamiento, o percepción, o comunicación de una percepción, hay una trasformación, una codificación, entre la cosa sobre la cual se informa, la Ding an sich, y lo que se informa sobre ella.

Este breve texto nació de un texto de Borges. De la risa que sacude, al leerlo, todo lo familiar al pensamiento -al nuestro: al que tiene nuestra edad y nuestra geografía-, trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planos que ajustan la abundancia de seres, provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo Mismo y lo Otro. Este texto cita “cierta enciclopedia china” donde está escrito que “los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas”. En el asombro de esta taxinomia, lo que se ve de golpe, lo que se nos muestra como encanto exótico de otro pensamiento, es el límite del nuestro: la imposibilidad de pensar esto.

No serán pocos los lectores que advertirán aquí diversas transgresiones a la convención literaria. Para no citar más que algunos ejemplos, los personajes argentinos pasan del voseo al tuteo cada vez que le conviene al diálogo; un londinense que tomaba sus primeras lecciones de francés se pone a hablarlo con sorprendente soltura (para peor en versión española) apenas ha cruzado el Canal de la Mancha; la geografía, el orden de las estaciones de subterráneo, la libertad, la psicología, las muñecas y el tiempo dejan evidentemente de ser lo que eran bajo el reino de Cynara. A los posibles sorprendidos les señalo que, desde el terreno en que se cumple este relato, la trasgresión deja de ser tal.

¿Qué es imposble pensar y de qué imposibilidad se trata?


Este montaje está compuesto por párrafos recortados de “Las palabras y las cosas” (Prefacio), de Michel Foucault, “Espíritu y naturaleza” (El mapa no es el territorio, y el nombre no es la cosa nombrada), de Gregory Bateson, y “62 modelo para armar” (prefacio), de Julio Cortázar.
El texto citado de Borges (por Foucault) es "El idioma analítico de John Wilkins", Otras Inquisiciones, Emecé Editores, Buenos Aires, 1960, p.142.
La imagen es del comic "Relaciones", de Silvestre